viernes, 8 de febrero de 2013

Birmania: antes y después

 
Siempre viajo con todo bastante organizado desde casa, principalmente con los hoteles reservados y las visitas programadas. Este viaje a Birmania ha sido todo lo contrario; hemos salido de España solamente con la reserva para la primera noche y confiando en que desde allí sería más sencillo organizar la ruta. Primer error. Calculábamos que los alojamientos valdrían como en otros puntos de Asia, no más de 20US$ la noche. Segundo error. También creíamos que sería más sencillo moverse por libre, que habría más cantidad de autobuses, trayectos más cortos y precios más económicos. Tercer y último error.
Por estos tres motivos (y por alguno más), nuestro viaje inicial de 19 días por Birmania quedó reducido a 12 días (y estábamos deseando salir de allí). Los últimos 7 días los hemos repartido entre Koh Tao y Bangkok (Tailandia).
En general puedo afirmar (y espero que a nadie le siente mal) que el país me ha gustado bastante, pero también me ha decepcionado mucho. Alomejor yo venía con una idea equivocada; quizás la dificultad para encontrar alojamiento "económico"y el gran número de turistas hallan reforzado ese sentimiento de decepción. Y probablemente el hecho de estar enferma la mitad de los días acabó de convercerme de que debía salir de allí cuanto antes mejor.

Aún así, me llevo grandes y preciosos recuerdos que hacen que los malos ratos pasados hallan merecido la pena.
¡Gracias por todo!


 

lunes, 4 de febrero de 2013

Consejos varios

De mi corto viaje por tierras birmanas he aprendido ciertas cosas que me gustaría compartir con todos aquellos que tengáis pensado venir, por si os sirven de ayuda. Allá vamos:
- Primero de todo deciros que éste no es un país para mochileros: la escasa oferta de alojamiento y la poca diversidad de rutas permitidas para los turistas hacen de este país un destino muy caro, principalmente en lo referente al alojamiento y al transporte. La comida no es tan cara, pero sí algo más en las zonas más turísticas (como Bagan o Nyaunshwe).
- Reservar alojamiento con anterioridad es prácticamente inútil: los hoteles que tienen página web ofrecen tarifas muy altas, los que tienen e-mail casi nunca responden (experiencia propia), y si llamas de un día para el otro no pueden confirmarte si tendrán o no alojamiento.
- Hay que intentar llegar a los pueblos sobre el mediodía, que es cuando la gente ya ha dejado el alojamiento y pueden confirmarte o no si tienen habitaciones disponibles.
- Según nos comentaron ciertas personas de allí, desde octubre del 2012 se ha incrementado enormemente el turismo (vimos buses y buses llenos de turistas), haciendo que los precios en temporada baja sean prácticamente iguales a los precios en temporada alta.
- Los autobuses son un mundo aparte, los hay de todos los tipos: de primera clase con almohada y pantalla plana hasta de los que la puerta del bus no se cierra; la relación cuanto más largo el recorrido mejor el autobús no tiene por qué cumplirse. Los horarios son toda una incógnita. Tienen la mala costumbre de llegar de madrugada.
- Los billetes de autobús mejor comprarlos por adelantado (el día anterior suele ser suficiente); el precio del hotel suele ser el mismo que el de las agencias y muchas veces incluye el servicio de recogida en el hotel.
- Es verdad que las personas son muy amables e intentan ayudar, pero ojo con fiarse que no es oro todo lo que reluce.
- El concepto de limpieza es bastante diferente al nuestro, es decir, en general brilla por su ausencia.
- La comida pica un montón, almenos para mí. También es bastante monótona (arroz y fideos y poco más).
- Actualmente el cambio en el aeropuerto es bueno, y se pueden cambiar tanto euros como dólares, pero no baht (la moneda de Tailandia). En general acceptan el pago tanto en dólares como en kyats (me refiero a hoteles y entradas a edificios del gobierno).
- Si queréis hacer el trekking de Kalaw al Lago Inle aseguraos del tiempo que hará durante esos días y venid preparados para el frío. Coincidimos con unos chicos que lo realizaron y les llovió y además pasaron mucho frío por las noches.
- Hay farmacias en todos los pueblos, venden los medicamentos generalmente en monodosis (para un par de días).
- Si estáis más de 3 días en Nyaunshwe (lago Inle), intentad formar un grupo de 4 o 5 personas, decidid qué queréis ver en el algo y entonces buscad un barquero y preguntad cuánto os pide. Si lo contratáis en el hotel seguramente haréis la ruta que hacen todos (principalmente tiendas donde los barqueros obtienen comisiones), no veréis apenas nada interesante y una vez en ruta el barquero se negará a negociar. Eso sí, a menos tiendas más caro el trayecto.
- Antes de comprar los billetes para el autobús, pedid que os enseñen alguna foto de éste o que os expliquen cómo es.

Retirada

Dicen que vale más una retirada a tiempo cuando se sabe que se va a perder la batalla. Pues eso hemos hecho nosotros; nos marchamos de Myanmar una semana antes de lo previsto porque este país no nos está tratando demasiado bien.
Desde el momento en que llegamos hemos ido acarreando una enfermedad tras otra. Hemos sobrellevado momentos bastante duros; a veces teníamos la "suerte" de poder quedarnos en el hostal y esperar a que la cosa mejorara, otras veces hemos tenido que pasar esos ratos dentro de un autobús...
Ahora mismo estamos en nuestro hotel en Mandalay, donde un intenso dolor de estómago no me está permitiendo disfrutar del último día.
Así que, tras poco más de 10 días aquí, abandonamos el país, agotados físicamente, deshidratados y bastante débiles. Pasaremos la semana que nos queda en Tailandia, que esperamos sea más indulgente con nosotros.
 
Aún así, nos vamos bastante contentos. Es verdad que ha habido diversos malos ratos, y que el país no se corresponde a la imagen que tenía de él, pero hay muchos y muy buenos momentos que compensan todo lo pasado.
 
 


jueves, 24 de enero de 2013

¿ODISEA BIRMANA? ¡NO! ¡AVENTURA BIRMANA!

Estoy en el tren que me llevará desde Bolonia a Roma, donde tomaré un avión de Qatar Airways hasta Doha, y después otro hasta Bangkok. Y finalmente otro hasta Yangon. ¡Por fin vacaciones!
 
Hace unos seis meses que compré un billete Roma – Bangkok – Barcelona, aprovechando una oferta de Qatar Airways. Por menos de 400€ volveré al país de la sonrisa. Cuando compré el billete no tenía muy claro cuál sería el siguiente paso, ya que hacía apenas un año que había visitado Tailandia.
Medité varias alternativas: Vietnam, Laos, Camboya, Indonesia... siempre mirando qué opciones me ofrecía Air Asia desde la capital de Tailandia. Y ahí estaba, la desconocida y aislada Birmania. Una buena combinación por aire (entrando por Yangon y saliendo por Mandalay) que se ajustaba a mis fechas me hizo decidirme. ¡Me voy a Birmania!
 
Durante un tiempo dejé este viaje aparcado, ya que tenía otros viajes más inmediatos: Venecia, Lisboa, Estambul y un fallido Sri Lanka desviaron mi atención hacia otros lares.
Terminada la navidad, y con ella mis viajes, llegó la época de los exámenes: tres semanas de estrés y nervios se apoderaron de mí.
Al mismo tiempo que intentaba estudiar iba organizando mi ansiado viaje a Birmania, pero con resultados pésimos; soy una persona extremadamente controladora, que necesita tener todo bajo control y Birmania estaba haciéndose la dura comigo. Después de decenas de correos electrónicos a hoteles del país pregunatndo por habitaciones libres (de los cuales la mayoría ni me contestó), peticiones a agencias locales para que me organizaran el trayecto (aún estoy esperando respuesta) y precios desorbitados, me encontraba dentro de un remolino de desesperación, ansiedad e impotancia; organizar el viaje a Brimania se estaba conviertiendo en una auténtica odisea.
Sinceramente, no podía más. Noches de insomnio, ataques de nervios, cambios de planes diarios... ya no lo soportaba (¡ay cuando sepa la nota de los exámenes!). Varias personas me habían comentado que no me preocupara, que fuera sin nada reservado, que allí encontraría alojamiento “Bueno Bonito y Barato”; otras tantas me decían lo contrario: “Reserva con antelación, vas en temporada alta, está llegando mucho turismo...”. ¡Cómo me duele la cabeza, no puedo más!
Más de una vez me planeteé cambiar de destino, quizás quedarme en Tailandia y viajar al sur, o un combiando Laos + Camboya, incluso una ruta por Vietnam. Pero es que eso no es lo que yo quería, yo quería ir a Birmania.
 
Un acontecimiento reciente me hizo tomar una decisión final. Hace apenas unos días, uno de los hoteles que tenía ya reservado para tres noches (y pagado) a través de la página web de Agoda, me canceló la reserva. ¿Por qué? Aún estoy esperando su respuesta. Eso me hizo ser consciente del poco valor que tiene una reserva ya confirmada para los birmanos . Tenía la mayoría de los hoteles reservados (vía correo electrónico), y si uno que ya tenía pagado me la habían cancelado, ¿qué me garantizaba que no ocurriese lo mismo con el resto? ¿Y si me los cancelaban una vez yo estuviera allí y no me enterase hasta que no llegara al destino? Esto no estaba saliendo bien, estaba perdiendo el control de la situación. Y no podía hacer nada para remediarlo. O alomejor sí.
¿Por qué debía luchar contra “las fuerzas de la Naturaleza”? ¿Quién era yo para oponerme al resto del Universo? Así que, en un instante de consciencia total decidí subirme a lomos de la aventura y dejar que ella guiara mis pasos. Eso es, mi odisea birmana se había esfumado, la emoción de una nueva aventura ocupaba su lugar, ¡una aventura birmana! Así que cancelé todas las reservas que tenía, borré el itinerario programado y marqué en mi guía el nombre de aquellos lugares que me gustaría visitar.
 
Y aquí estoy ahora, parada en la bellísima Firenze, camino a Roma, donde un avión me acercará un poco más a mi primera aventura.
Sé que peco de prepotencia al compararme a los grandes exploradores de hace un par de siglos, pero es así cómo me siento. El afán de aventuras ocupa mis pensamientos y mi destino me espera ahí, a unas pocas horas de vuelo. ¡Empieza mi aventura birmana!
 
 
Jueves, 24 de Enero de 2013.06:10 hora local. Aeropuerto Internacional de Doha (Qatar)