miércoles, 26 de marzo de 2014

Una visita al Bokor National Park, con paseo en barca al atardecer

La misma tarde que llegué a Kampot, y sin dedicarme a comparar precios, contraté la excursión al Bokor National Park, en “una agencia” (que no era más que una caseta con un par de sillas) situada enfrente de mi alojamiento.
Por 12$ te recogían en tu alojamiento, te llevaban al Bokor National Park (entrada incluida), luego te llevaban hasta las cascadas Popokvil y finalmente te devolvían a Kampot donde podías hacer un crucero de una hora por el río viendo el atardecer. También incluía la comida y agua.
Éramos un grupo de unas 8 personas, la mayoría ingleses, y no todos habíamos contratado lo mismo. Unos chicos habían contratado la excursión pero haciendo la vuelta en bicicleta; un matrimonio francés mayor había contratado además de la excursión un trekking de un par de horas por el parque; el resto haríamos la vuelta en la minivan. Yo pregunté por el trekking pero a mí me dijeron que no se hacía. Nuestro guía “Kim”, un hombre de 37 años, nos dio un montón de explicaciones sobre los orígenes del lugar y sus diferentes funciones a lo largo de los años. No quiso nombrar a los jemeres rojos, incluso cuando uno de los componentes del grupo le preguntó. Indudablemente hay heridas que necesitan más de 35 años para cerrarse.
Bokor National Park, también conocido como Preah Monivong National Park, es un parque de 1581 quilómetros cuadrados, a una media hora de la ciudad de Kampot, célebre por su estación francesa de montaña abandonada. Fue establecido como parque nacional en 1993 y se extiende por cuatro provincias de Camboya. Entre los animales en peligro de extinción que “viven” en el parque se encuentran tigres, elefantes, osos…
Bokor Hill Station fue construida por los franceses en la década de los años veinte en lo alto de Phnom Bokor como lugar de escape del sofocante calor de las llanuras. Desde entonces ha sido abandonado dos veces, la primera vez durante la II Guerra Mundial y la segunda vez durante el mandato de los Jemeres Rojos, que la usaron como campo de entrenamiento, y que no lo abandonaron hasta la década de los noventa.

Aquí os dejo unos links con información extra:

La primera parada que hicimos fue para admirar las vistas. Desde el mirador pudimos apreciar la llanura serpenteada por el Prek Kampot, y el guía nos explicó qué cultivos se llevaban a cabo en esos campos.


Subimos un poco más arriba hasta llegar a los pies de la cima de la montaña, donde se encuentra la residencia de verano del Rey Sihanouk y el monumento a Lok Yeay Mao.
Las ruinas de Veang Khmao o Palacio Negro eran la residencia de verano del Rey Sihanouk. Aquí venía el rey, junto a sus concubinas, a escapar del sofocante calor de la capital (y seguramente a otras cosas). Se trata de un pequeño palacio, construido en 1936, donde lo mejor son las vistas. Actualmente viven aquí los “cuidadores” del edificio, aunque nosotros no los vimos.


En la cima de la montaña se encuentra el monumento a Lok Yeay Mao. Se trata de una estatua construida en el año 2010, de unos 29m de altura, en postura de meditación, com un Buda, con la mirada fija en el Golfo de Tailandia. Está considerada el espíritu protector de los viajeros, los pescadores y los cazadores.


Después nos dirigimos hacia las ruinas de la antigua Iglesia Católica, de estilo neorrománico, construida por los franceses, como parte del pueblo francés que allí se construyó. El interior está bastante bien cuidado, hay velas de uso reciente e incluso una Biblia en jemer. Si se sube a la montañita que hay justo detrás se tienen unas vistas del valle impresionantes.
El Khmer Rouge tomó el control de la zona circundante Bokor en 1972 , obligando al a élite jemer a abandonar la estación de montaña también. Durante la invasión vietnamita de 1979, hubo peleas entre vietnamitas y jemeres rojos también en la iglesia; los agujeros de bala son todavía evidentes.




Por último visitamos las ruinas del antiguo Palacio y Casino de Bokor. Construido por los colonos franceses entre 1917 y 1925, se trata de un edificio de estilo colonial con unas espectaculares vistas del valle. Durante los años cincuenta y sesenta, fue utilizado como casino. Este majestuoso hotel se supone que está siendo rehabilitado, pero cuando yo lo visité no había ninguna obra en marcha (en verdad, no había ninguna obra en marcha en todo el parque). Lo mejor, con diferencia, las vistas que se aprecian desde la planta más alta del edificio; no dudéis en subir hasta arriba del todo!





El siguiente punto del tour fueron las cataratas Popokvil, a unos 4 quilómetros de donde nos encontrábamos. Popokvil significa “nubes arremolinadas”, y el nombre hace referencia a los nubes de niebla que a veces se forman en la zona. 
Se dice que es un lugar ideal para darse un baño en un día sofocante. Tristemente no pudimos ver ni una gota de agua, ya que se encontraban totalmente secas. Aún así, es un lugar ideal para apreciar la flora, descansar y dar buen provecho del almuerzo que nos proporcionó el guía.


Ésta fue la última visita de la excursión; desde aquí pusimos rumbo a Kampot. Serían como las 14h de la tarde cuando nos bajábamos del coche. Pero aquí no acababa la excursión, ya que continuaba más, tarda, con un paseo en barco por el río Kampong Bay, al atardecer.

La excursión al Bokor National Park junto con las cascadas Popokvil se puede hacer perfectamente en una mañana, a así que a eso de las 14h ya estamos en vuelta en Kampot.
Yo contraté esta excursión porque leí en alguna parte (Lonely Planet, seguramente) que no se puede hacer por libre, es decir, que no puedes ir tú por tu cuenta al parque. ¡ERROR! SÍ puedes ir, pagarás por el vehículo con el cual entres (seguramente una moto, ideal para una o dos personas, olvidaos de la bicicleta que es todo subida). Una vez dentro, y enseñando el tíquet que te dan al pagar, puedes ir por tu cuenta a todos los sitios. Y, lógicamente, os saldrá mucho más barato (además de que aprovecharéis mil veces mejor el tiempo de que dispongáis).
Por suerte, la excursión incluía un paseo en barco por el río Kampong Bay al atardecer, que, por ser ese día en concreto, se alargaría un par de horas más hasta el anochecer, y nos llevarían a ver las luciérnagas. He de reconocer que el paseo estuvo genial, fue tranquilo y entretenido. Además en el barco servían comida y bebida a muy buen precio. Luciérnagas vimos pocas (imposible hacer foto), pero las tres horas del barquito merecieron la pena (y sin tener que pagar un céntimo más).




(Escrito en Koh Rong Sanloem; publicado desde Lloret de Mar)

5 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Gracias!! A ver si consigo acabarlo todo porque ya empiezo a olvidar detalles, me hago mayor ;-)

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  2. Hola Mónica! No el coneixíem aquest parc, té molt bona pinta. Hem de tornar a Cambotja, que ens queden molts llocs per descobrir. Una abraçada!

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