jueves, 6 de febrero de 2014

El día que no existió en Siem Reap

Hubo una vez un día que no existió. No quiero llamarlo un día perdido, porque nunca el tiempo es perdido, quizá debería llamarlo el día que no pudo ser. El día que Siem Reap me quitó un día.
Cuando estuve mirando la ruta, tenía claro que quería dedicar tres días completos a los templos de Angkor, y así aprovechar al máximo el pase de tres días. Bien es cierto que todo lo que visité se podría haber hecho perfectamente en dos, incluso en un sólo día; pero deseaba tomármelo con calma, no mirar el reloj, no estresarme, no saturarme. Además decidí añadir un día más para visitar algunos templos lejanos que parecían interesantes, nada de pueblos flotantes que ya pensaba visitar en Kampong Chhnang, solamente un par de templos más.
Y ése fue el día que nunca existió. ¿El motivo? Siempre el mismo, el económico. El precio del coche con conductor hasta esos templos y el hecho de no encontrar a más gente para ir hasta allí me obligó a renunciar a ellos. Dudé hasta el final, y cuando desistí lo hice con gran pena. Ya tengo un motivo para volver a Camboya.
¿Y qué puedes hacer si tienes un día “de más” en Siem Reap? Pues realmente poca cosa. Pasear por el río, disfrutar de alguna de las piscinas que los hoteles ofrecen a los no clientes por un módico precio (o por consumir), observar el continuo tráfico de sus carreteras o, sin duda, la que más me gustó, dar vueltas y vueltas por sus mercados.



En el centro de Siem Reap puedes encontrar dos mercados, cada uno a un lado del río. El más interesante de los dos, por su variedad de productos y autenticidad es el Psar Chaa (Old Market o Mercado Viejo). En él, además de los típicos souvenirs, encontramos puestos de comida donde la gente de la ciudad va a diario a hacer sus compras. Al adentrarte en él y llegar a su parte central, una explosión de color, olor y ruido te envuelve. Según nos alejamos de la parte central, encontramos los puestos de ropa, calzado y demás enseres para el hogar, además de peluquerías y joyerías. Los puestecitos de la parte más externa, los que dan a la carretera, son los más turísticos y en ellos encontramos principalmente souvenirs.



Qué mejor manera para conocer a la gente de Siem Reap que pasearte por sus mercados, detenerte a observar cómo limpian el pescado, cómo empaquetan la bollería, cómo gritan las maravillas de sus productos a los cuatro vientos. Quedarte a un lado, espiar las costumbres ajenas para compararlas con las propias, toparte con miradas de curiosidad, sonreír a desconocidos sin parar… 




Así que, quizás, el día sí que existió, quizás Siem Reap me quitó un día pero también me mostró un poco de su vida cotidiana para dejar de ser una ciudad desconocida a mis ojos. Ahora tú y yo ya nos conocemos un poco mejor.

Información práctica
La excursión que yo quería hacer y que no hice porque era carísima consistía en visitar Prasat Preah Vihear (en la frontera con Camboya) y Beng Mealea. El precio del pack era de 110$ más 5$ entrada a Beng Mealea más 5$ la moto que te sube hasta Prasat Preah Vihear, es decir, 120$ en total.
También pregunté por la opción de hacer sólo Prasat Preah Vihear (85$ + 5$ moto) o Beng Mealea (50$ + 5$ entrada). 
En todos los casos, los precios ofrecidos por mi guesthouse era inferiores que los de un par de agencias en las que pregunté.

(Escrito y publicado desde My Battambang Homestay, en Battambang)

2 comentarios:

  1. Me está encantando tu diario! Qué ganas de ver los templos..vamos en mayo para allá así que te sigo y voy tomando nota jeje.

    Disfruta muchos. Un saludo.
    Por cierto, soy carla1 del foro de los viajeros.

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    Respuestas
    1. Gracias!!!
      Cuando vuelva que lo tenga todo escrito lo publicaré en el foro también! Camboya te va a encantar!!

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